Una
vez que salimos del templo Chennakesava
nos dirigimos al templo Hoysaleswara
en Halebidu. Creo que entre un templo y otro hay menos de una hora.
Por supuesto al llegar, como siempre, nos quitamos los zapatos. Debo
confesar que me encanta el desuso de los zapatos que se practica en
este país sumado a la seguridad de regresar a los zapatos y que
sigan ahí, en donde se dejaron (seguramente habrá alguna historia
divertida sobre pérdida de zapatos, pero no soy testigo).
Este
templo está dedicado al dios Shiva. Fue construido en el siglo 12 y
está lleno de detalles en sus paredes y columnas. Cada paso llena
de novedades la mirada. Estos templos a veces me recuerdan mi paso
por las instalaciones del Vaticano, tan llenas, tan exageradas tan
ostentoso todo. En aquel momento, en Italia, mi cerebro lograba
interiorizar un poco más ágilmente lo que veía, aquí, todo es
nuevo e incomprensible.
Mientras
camino intento que mi déficit atencional no se acreciente con
tantas figuras y esculturas, pero es inevitable, me pongo a pensar en
nuestro gran problema como humanidad al establecer nuestra relación
con dios, nos ponemos a construir unos objetos tan complejos,
exagerados y grandes para honrar esa divinidad, que al final quizás
eso es lo que evita una relación fluida, relajada y sincera.
Quizás
el concepto de inmensidad que produce el concepto de dios,
culturalmente lo traducimos en objetos materiales espléndidos,
lujosos y exagerados. En términos de relación con la divinidad
creo que esto es un gran problema, en términos culturales hemos
heredados espacios majestuosos producto del maravilloso fenómeno de
la existencia humana. Así que siendo una amante de la cultura, no
me atrevo a juzgar.
En
la religión hindú, aunque cada templo se dedica a algún dios en
específico, los demás dioses pueden tener una pequeña aparición
en estas edificaciones. En este nos encontramos con el dios Surya
(sol) y con Hannuman (mono).
Hoysaleswara
está rodeado de zonas verdes, por lo cual, pudimos relajarnos debajo
de las sombras de los árboles y compartir nuestra presencia. Por
supuesto si ponés a más de 10 estudiantes yoguis en el césped es
imposible evitar la aparición de asanas y diversión.
|
Aquí se depositan los zapatos. |
|
La vaca sagrada. |
|
Momento de sombra y relajación. Esos asientos son de piedra fría. Era como aire acondicionado. |
|
En las afueras del templo. |
|
Momento de silencio al interior del templo. |
|
Lindo momento, mi amigo observado por un niño que visita el templo. |
|
Dentro del templo. |
|
Dios Shiva y acompañante. |
|
Idem. |
|
Hannuman. |
|
En las afueras. |
|
La zona verde, el yoga y la diversión. |
|
Añadir leyenda |
|
El maestro. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario