A las 3:30 a.m. en una parada de
autobús en medio de la nada, en India, me volví a preguntar: “¿cómo putas
llegué aquí?”. Por dicha éramos 3 personas, Yishan y yo, y
David. En en ese momento no sabía que David era David, simplemente
era un viajero más como nosotras. Se suponía que Palolem estaba en
algún lado por ahí, pero no teníamos ni idea donde. También se
suponía que llegaríamos a las 6 a.m. y no a las 3 a.m.
En Hampi nos quedamos dos días más de
la cuenta, uno por gusto porque nos encantó el lugar y el siguiente
porque Yishan y yo nos enfermamos. Es prácticamente imposible estar
en India y no enfermarse. Nos cuidamos mucho, tratamos de no comer
en lugares de dudosa calidad, pero aun así nos pasó. Así que
tuvimos que postergar un día más la estadía, el viaje a Goa sería
de 12 o 13 horas en bus y bueno, con fallos estomacales lo más sabio
es esperar.
Nos subimos en un bus sleeper
para llegar a Palolem, una playa en Goa. Nunca había visto algo
así. Tienen 'camas', a la derecha son camas dobles y se puede
cerrar una puertecita, es casi como una mini habitación. A la
izquierda son camas individuales, pero aquí se aprovecha el espacio
al máximo y hay dos niveles. Nuestra mini habitación además tenía
una ventana grande con vista a a la luna creciente que nos acompañó
todo el viaje.
El bus estaba lleno de viajeros, casi
ninguno era de India. Una chica armó un escándalo porque le tocó
compartir una minihabitación y ella había reservado un
compartimento individual. No compartí la forma en que trató al
acomodador, pero entiendo que debe ser incómodo dormir codo con codo
en medio del traqueteo de un bus en India con un desconocido.
Iban a ser 13 horas de viaje. Yo pensé
que no podría dormir. Me pone muy nerviosa la conducción en este
país. Pero tenía aun una fuerte migraña residual así que dormí
profundamente, quizás mi cuerpo aun seguí luchando contra el virus,
bacteria o bicho que me había enfermado. Ni me di cuenta cuando
estaba con mi mochila en la espalda en un cruce oscuro, en medio de
la nada, con Yishan y David.
Por dicha la complicidad de una
situación como esa nos pone a todos en modo comunidad. Yishan y yo
adoptamos a David y él a nosotras. Nos subimos en un rickshaw los
tres y nos fuimos a un guesthouse que le habían recomendado a David:
el Cupid Stable (horrible!, hay mejores opciones y precios ahí
afuera). Nos metimos al guesthouse y dormimos en un pasillo mientras
salía el sol.
A las 7 a.m. intentamos conseguir
habitación pero fue difícil así que nos quedamos en ese guesthouse
la primera noche. La verdad es que no hay palabras suficientes para
decir lo malo que es este hotel. Además el dueño no es muy
amigable, yo accedí a quedarme la primera noche más como
agradecimiento porque había dormido en su pasillo en un momento de
crisis.
Palolem está saturado, es un desastre. La zona frente a la playa se llena de cabañitas o huts muy básicas que se construyen en cada inicio de temporada, luego se destruyen. Entonces hay una masa de habitaciones a medio hacer, sin orden alguno. Podría tener su encanto, pero la cantidad hace que lo pierda. Además, creo que muchos turistas con ganas de fiesta y bebidas baratas han encontrado este destino y a veces la compañía en la playa es abrumadora.
La primera impresión de Palolem fue
mala la verdad. Me quería ir. Solo veía la suciedad de las
calles, una única calle llena de vendedores agobiantes, una playa bonita pero sin mucho encanto. PERO, la opinión me
cambió después de mi primer baño en las aguas del Mar Arábigo y una
cerveza en el risco a uno de los costados. Le empecé a tomar el
gusto a este caos.
Finalmente encontramos una habitación
en medio de las palmeras, 300 rupees la noche (menos de 4 dólares)
tenemos una mini terracita, podemos hacer yoga en el jardín y en 45
segundos de caminata llego al mar. Así que bueno, unos días de
relajación frente al mar a mí siempre me vienen bien.
Es playa, el mar es
delicioso, hago yoga y el atardecer es tan distinto, el sol parece
más redondo y tiene colores más rosados. Ya le tengo cariño a
Palolem.
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Sleeper bus, era como un colchón doble, con gran vista a la luna. |
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Yishan y yo. |
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Venta de spices en Palolem. |
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Calle principal de Palolem. Lo venden todo, puede llegar a ser muy agobiante caminar por ahí. |
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Calle principal. |
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David comprando spices. |
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Spices. |
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David regateando, aquí regatear es parte del viaje. |
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Ya en la playa, se combinan las culturas, western style e indian style. |
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Y sí, hay que decirlo, después de semejante viaje encontrar un bar es un gran premio. |
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Viajeros buscando alojamiento. |
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Celebrando la llegada, con David, que según él y su entrenamiento alemán esta es la mejor cerveza en India. |
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Y el sol en el Mar Arábigo ofrece una paleta de color distinto. |
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Laberintos al frente del mar, aquí se buscan los famosos huts para quedarse. |
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Unas cabañas desde atrás. Todo es provisional, en cuanto acabe la temporada se desarman. |
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Huts en construcción. |
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Huts con vista al mar. |
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Al final de la tarde. |
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Huts en construcción. |
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Huts frente al mar, ya empieza a hacinarse la cosa. |
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Hay de todos los tipos, estos son 'menos' elegantes. |
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Pero una vista de estas vale la pena. |
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Atardecer en Palolem. |
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Atardecer en Palolem. |
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Mezcla cultural en la playa. |
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Ellas, ellas y ella. Hermosas mujeres en la playa. |
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