lunes, 30 de septiembre de 2013

El camino hacia Bangalore


En el avión rumbo a Doha las caras de los pasajeros son distintas a las de cualquier otro avión al que haya subido. La mayoría tiene rasgos árabes, indios y vestimentas específicas de sus culturas. Muchas de las mujeres abordo llevan un pañuelo que les cubre la cabeza y hay alguna cubierta de cuerpo entero. Resalta un señor rubio, creo que es gringo, lleva la Lonely Planet de Sri Lanka.

Con quienes hablé sobre India tienen una acotación en la cual casi todos coinciden: su olor. Me hace pensar en el libro El Perfume, en lo bien que el autor logró transmitir los olores a través de la palabras. India, al parecer, logra transmitir su olor con solo mencionar su nombre.

Por si se le pierde la Mecca,
 la pantalla le da las coordenadas.
El avión de Qatar airways tiene todo en inglés y en árabe. El mapa que todos tenemos en la pantalla de enfrente de nuestros asientos nos va contando sobre el trayecto. Además, tiene una sección en la cual indica qué parte del avión señala la Mecca según nos vamos moviendo. No me tocó oír ninguna plegaria, quizás no venía ningún musulmán practicante en el vuelo. O lo hicieron en silencio.

Para irme climatizando me puse a ver una película de Bollywood. Tenemos a escoger una amplia selección de películas. La historia que puse resultó ser un culebrón impresionante, dormitaba a ratos. No tenía subtítulos y era en su idioma, pero la trama era muy sencilla por lo que fue fácil de seguir, a veces sentía que hablaban en inglés, no sé si a esta altura mi cerebro se abre y entiende otros idiomas o mezclan algunas frases en inglés. Me llamó la atención que cuando dos de los personajes estaban tomando un trago en un bar, abajo a la izquierda de la pantalla apareció una señal de círculo con raya en el medio de prohibición, con una botella adentro y otra con un cigarro.

El vuelo se tardó seis horas y poco más hasta Doha. Estuvo bastante tranquilo el vuelo. El de Doha a Bangalore unas cuatro pero tuvo más turbulencias. Además, una chiquita tuvo un pequeño arrebato de histeria y pegó unos gritos que casi nos mata del susto a algunos. En un avión yo suelo ir en una especie de estado de alerta, no hay manera de que me relaje del todo. El avión hacia Bangalore tenía una primera clase impresionante. Por supuesto solo pasé por ahí y tomé mi humilde asiento 29B.

Lo único que vi de Doha, aparte del aeropuerto.
Cuando hice la escala en Doha tuvimos que bajar del avión a la pista y tomar unos autobuses hacia la terminal. El calor en ese país golpea durísimo, no es exageración todo lo que se dice. Aproveché para caminar por el aeropuerto y estirar las piernas. Me encontré con una mamá con un traje negro que le cubría todo el cuerpo, solo dejaba al descubierto su cara. Cuando la veo está regañando a su hijita, me pregunto cómo serán esos ojos de miedosos cuando regañan, siendo lo único que ve la niña, pues reacciona de inmediato al llamado de atención.

En el aeropuerto aprovecho el Internet y anuncio a mi familia y algunos amigos que ya voy a mitad de camino. Todos están emocionados por saberme en Qtar.

La segunda parte del viaje por India no la tengo muy planificada. Creo que este mes de
Aquí faltaba mucho para llegar aun.
yoga y meditación me ayudarán a centrarme y escoger sitios. Tengo seis semanas para viajar, por lo que creo que podré ver bastante. Tengo claro que quiero ver el Sur, desde el principio es lo que más me ha llamado la atención. Pero confieso una curiosidad inmensa de ir al desierto, seguro me daré una escapada por el Norte y aprovecharé para ver alguna ciudad por allá.

Este viaje no me apetece hacerlo sola, por una parte por seguridad, pero por otro, creo que la intensidad de este país merece compañía. Además, ya llevo muchos meses yendo por ahí sola, y ya quiero compañía. También se gasta mucho más cuando uno va solo, es muy injusto pero es así. Así que, antes de regresar a la librería Altaïr a colocar mi solicitud de compañeros de viaje por India, me puse a buscar en Internet de opciones como esta. En un foro del Lonely Planet me encontré con Javier, él es un viajero de Coruña, España y viaja a India a finales de octubre, justo cuando termino el curso de yoga y quiero empezar ruta. Los dos estábamos buscando compañía así que nos pusimos en contacto. Aun no definimos detalles pero seguramente nos encontraremos algunos días, además me contó ayer que se encontrará también con tres viajeros de Catalunya por lo que se agranda el grupo.

También conocí a Sebastián, él me escribió por el mensaje en el foro del Lonely Planet con el que conocí a Javier. Pero luego, yo le escribí porque me había encontrado su papelito en Altaïr. Nos tomamos un café el miércoles pasado. Sebastián ha viajado tres o cuatro veces a India. Es un apasionado de ese país, y ahora quiere conocer una parte del sur que se llama Tamil Nadul. Nos tomamos un sólo café, pero no paramos de hablar, una reunión que en principio pudo haber sido de una hora, terminó siendo de casi cuatro. Creo que India y viajar nos emociona mucho. Estamos coordinando encontrarnos por el Sur.

Finalmente le escribí a Airis. Encontré su papelito en Altaïr. Ella se va a hacer voluntariado en Nepal y luego quiere viajar, o entremedio, no le entendí muy bien. Se queda hasta enero por lo que tiene un poco más de tiempo para hacer ruta. Ella llega el martes 1 a Nepal, ya por correo nos pondremos de acuerdo, le ilusiona también conocer el desierto, así que quizás logremos coordinar fechas e ir juntas.

Nos conocemos sólo porque estamos o vamos a viajar a India en los próximos meses, con Sebastián es con el único con quien me tomé un café, pero aun así,  hay una complicidad con estos amigos viajeros a la India, que los hace sentir eso, amigos, como si nos conociéramos hace mucho. Espero pronto cruzar caminos, compartirlos y contarnos experiencias.

Aunque todo sigue un poco en el aire, mi viaje por India empieza a tener forma. Las expectativas están un poco borrosas. Sé que va a hacer calor, que lloverá, que olerá, que me aturdirá. Una amiga me dijo que disfrutara India sin juzgarla, otro amigo me dijo: es impactante, es un país de contrastes y que nada de lo que uno espera es.

Enlisto algunos de los consejos que me dieron las personas a las que le pregunté sobre mi viaje como mujer sola por la India:
  1. Vestir lo más holgado posible y llevar los hombros tapados.
  2. Intentar vestir como las mujeres indias; traje tradicional.
  3. Llevar un anillo de matrimonio, así los hombres molestarían menos.
  4. Usar anteojos oscuros y evitar contacto visual directo con los hombres desconocidos.
  5. Evitar el tren por las noches.
  6. Cuando vaya en tren comprar el vagón con litera y aire acondicionado.
  7. Si voy a preguntar algo, lo ideal es preguntárselo a una chica.
  8. Viajar con familias.
  9. Y el mejor de todos, mi profe de yoga de Barcelona me dijo: Sobretodo tener SENTIDO COMÚN!

Ya llegué a India!!!



Me di cuenta que mi pantalón, mi laptop y mi mat combinan...esos descubrimientos tras doce o más horas de viaje y sin dormir hace un par de días...

domingo, 29 de septiembre de 2013

En el aeropuerto: saliendo hacia India

Desde hace unos cuantos años parece que los setiembres, por una cosa u otra, se me han convertido en torbellinos. Quizás porque son el mes mierda (así se le denomina al mes anterior al cumpleaños, entonces, astrológicamente todo se desordena, o se reacomoda, como quiera verse). El año pasado tuve que correr para empacar mi vida en un par de maletas y venir a Barcelona a estudiar y vivir un año. Este año volvió a repetirse la angustia de empacar, de cambiarme de apartamento, dos veces en el mismo mes, pero sobretodo tenía como principal actividad la planificación del viaje mochilero a Sudeste Asiático que me había propuesto para octubre y noviembre 2013.

Al final ese viaje se desplanifició y replanificó en pocos días con nuevo destino, estoy aquí en el aeropuerto de Barcelona a punto de subirme en un avión que me llevará a Doha, Qatar, ahí abordaré otro avión que me llevará a Bangalore, India. En Bangalore me recogerá el señor Ramana Naidu, lo conocí a través del couchsurfing, muy amablemente me llevará a Mysore, India, en donde haré un curso intensivo de yoga por un mes.

Aun no sé como putas llegué aquí. En serio, en menos de dos semanas cambié de destino y actividad para mis meses viajeros, espero que para bien. Acabo de colgar una foto en facebook anunciando mi
viaje, creo que muchos de mis amigos y familia no saben de este viaje, pero es que ni yo hace dos semanas sabía. Me desconozco un poco, antes hubiera tenido todo debidamente organizado, detalle a detalle. Pero esta vez como no era así, por dicha, pude improvisar y hacer algo que realmente me tiene muy emocionada.

Hace un año mi plan era que en cuánto terminara el máster me iría a mochilear por el sudeste asiático. India me pasaba por la mente pero siempre que lo comentaba o buscaba información me disuadía porque parecía ser un destino peligroso y complicado para una mujer que viaja sola.

Mi fecha de salida según el plan estructurado que mantenía era salir el 1 de octubre hacia Bangkok y visitar Tailandia, VietNam, Camboya, Laos, pero también quería el Tibet y Nepal. En fin, que no lograba centrarme y ser coherente y seleccionar una ruta decente que no implicara correr para ver los sitios. No tengo ganas de correr para conocer sitios. Pero India no estaba en la lista de lugares.

Hace un par de meses me tomé una cerveza con mi amigo Marc, que vino de visita a Barcelona. Marc es catalán, lo conocí en el Caribe de Costa Rica mientras él le daba la vuelta el mundo. Ahora vive en Tailandia, fundó una ONG en la frontera con Birmania. Le pedí consejo sobre mi proyecto de viaje por el Sudeste Asiático. Ese día le comenté inocentemente que me hubiera gustado incluir India en este viaje, pero sabía que tenía poco tiempo y sobretodo me daba miedo hacerlo sola. Marc me aconsejó reconsiderarlo, pues su experiencia en ese país había sido positiva, además me comentó que los billetes desde Bangkok eran muy baratos hacia Delhi. Así que su consejo fue: llegue a Tailandia sin presión, no se ponga una ruta muy estricta y así poder improvisar y quizás incluir India.

Ese día me empezó a dar vueltas en la cabeza India más seriamente. Además me entró ilusión de ir y hacer yoga unas semanas, de quedarme quieta un rato. Pero me pasé varias semanas con eso sin llegar a alguna conclusión al respecto. De hecho, seguía pensando que el Sudeste Asiático llenaría los dos meses de viaje.

Como la fecha de salida propuesta ya se acercaba, fue el tema de conversación recurrente esas semanas. Con quien lo comentaba había alguna respuesta positiva sobre ir, por supuesto con miles de advertencias y consejos, pero al parecer ir sola podía ser una opción teniendo cuidado. La gota que derramó el vaso cayó hace unas tres semanas. Me reuní con un viajero que respondió a un anuncio que dejé en una librería de viajes que hay en Barcelona. La librería se llama Altaïr y es genial, a mí me encanta ir y pasar horas de horas viendo libros, revistas y accesorios de viajes. Pero la mejor parte es la pizarra de corcho en la entrada, la cual se divide en columnas según continentes, entonces los viajeros colocan anuncios sobre sus viajes solicitando consejos, pero sobretodo compañeros de ruta. Ahí dejé mi anuncio sobre el viaje al Sudeste Asiático y me escribió Sergi.

Sergi es un viajero con mucha experiencia, ha estado y vivido en muchos países. Así que empezamos a conversar sobre las posibles rutas que haríamos y ver si podíamos coincidir en algún momento de nuestros viajes. Surgió el tema de India, le comenté lo mismo que conté antes, que no estaba segura de ir, que aun no había comprado billetes de avión porque no estaba segura de la ruta. En fin, resultó que Sergi había viajado en varias ocasiones a India y llenó el momento de anécdotas, experiencias, y sensaciones sobre ese país tan misterioso para mí hasta entonces. Terminamos hablando de India más que del Sudeste Asiático y yo me convencí de que al menos uno de los dos meses lo quería hacer en India.

Al día siguiente miré el tema de la visa a India y estaba apenas a tiempo para tramitarla y poder salir el 1 de octubre, pues mi pasaporte debía ir a Madrid y volver, por lo que pasarían entre 9 y 10 días hábiles, justo los que quedaban en el medio antes de mi partida. Corrí y logré hacer todos los trámites. Ya iba a comprar los billetes a Bangkok y luego unos de Bangkok a Nueva Dehli, cuando me di cuenta que para Tailandia era necesaria una visa cuyo trámite se tardaría un par de días, pero no podía avanzar porque la Embajada de India en Madrid tenía mi pasaporte.

Así que pensé que quizás lo mejor sería bajar revoluciones con los trámites de visado y aprovechar para pasar los dos meses en India. Ya había empezado a investigar y ese país es ENORME, con una diversidad cultural, social, climática, geográfica impresionante Aun me daba miedo, pero empecé a hacer más investigación sobre el tema. Le escribí a una amiga en Costa Rica que había estado hace poco. Me incentivó a ir, me dio consejos importantes para mantenerme segura eso sí. También me reuní con una amiga del máster que fue durante el verano,  ella no estaba tan segura de que fuera buena idea de que fuera sola, pero me dio muy buenos consejos y el contacto de una amiga suya que vive en Dehli.

Y como quería hacer yoga unas semanas, empecé a buscar donde y encontré un curso que justo iniciaba el 1 de octubre. Así que, en lugar de salir hasta ése día como lo tenía planeado, debía salir antes, o sea máximo hoy (28 de setiembre). Lo de la llegada de la visa me tuvo nerviosa, pero el lunes 23 me avisaron que venía en camino, ese día confirmé en la escuela de yoga de Mysore mi participación en el curso y compré los billetes! El miércoles 25 por la mañana el cartero vino y me entregó mi pasaporte.

Así que la primera parte del viaje estaba resuelta. Me quedaría un mes en Mysore, con lo cual podría “estar” en un solo lugar, también tengo ganas de eso. Además, siento que me va a permitir conocer detalles de India que no se ven cuando uno va de sitio en sitio, como sí será mi segundo mes por allá (creo...).

En los últimos meses el tema de la inseguridad de las mujeres en India está presente en los medios de comunicación y redes sociales. Empecé a investigar sobre el barrio en el que debía vivir y encontré algunas iniciativas que procuraban encontrar caminos para mejorar esta situación. Descubrí un personaje muy activo con esto, se llama Anu, tiene un café en Gokulam, el barrio en donde la mayoría de escuelas de yoga están. Ella ha hecho campañas de información y sobretodo de concienciación para que haya más vigilancia en el barrio. Nos escribimos un par de correos sobre el tema y coincidimos en que el problema no se resolverá con más seguridad, aunque ello solvente el momento presente, pues hay una raíz en la cultura de India que hace que ocurran estos episodios violentos contra las mujeres. Ya conoceré a Anu en estos días y retomaremos el tema, me parece una mujer muy interesante. Además colabora con un programa de educación para niños con escasos o nulos recursos en Mysore. Por el facebook, nos solicitó a los que vamos a hacer yoga llevar materiales para los niños.

En unas horas, domingo en la madrugada de India, cuando llegue a Bangalore, me estará esperando Ramana del couchsurfing, es un señor de unos sesenta años, que junto con su esposa viven entre Bangalore y Mysore. Además, me alquilará una habitación en Mysore durante el mes de octubre. Así que mañana estaremos en Bangalore y el lunes saldremos para Mysore que está a unas dos horas de viaje en coche.

Y el martes 1 de octubre a las 5 a.m. iniciaré mi curso de yoga, que se extenderá durante octubre, de lunes a sábado, solo tendremos libres los domingos. Mi cumpleaños lo pasaré allí, qué gran regalo.

Aquí sigo, en el aeropuerto de Barcelona esperando mi llamada al avión que va a Doha. Esperando para subirme en un plan que nunca imaginé iba a construir. Estoy nerviosa, ansiosa, asustada, emocionada, contenta. Todo el mundo tiene una opinión sobre India, haya o no haya ido. Yo creo que es imposible generalizar sobre un pedazo de tierra tan grande. Costa Rica cabe 64 veces ahí, y yo ya pienso que mi país es diverso, ahora con India, bueno, no me atrevo a intentar ni siquiera emular una leve generalización. De lo que he leído y me han contado quienes fueron, India me tiene intrigada, quiero pronto resolver el misterio: ¿qué voy a sentir sobre India, o más bien de los lugares que vea de India?


Ya me están llamando, debo abordar.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Día 6 y 7: de Coruña a Lugo, el final del viaje por Galicia.

Día 6, de Coruña a Lugo :

A las 11 a.m. de hoy la plaza de Cedeira estaba vacía, la tarima donde estaba la orquesta ayer había desparecido mágicamente, parecía un pueblo fantasma. Pero anoche Cedeira fue otra cosa. Primero, una fiesta bailable con la orquesta Israel en la Plaza, zapateamos hasta el cansancio. Una vez que se acabó, nos fuimos de bares por el pueblo y seguimos bailando. Cedeira es un pueblo para hacer amigos, es la versión gallega de Palmares (pueblo en Costa Rica cuyo lema es: un pueblo para hacer amigos).

La Orquesta Israel básicamente toca covers, pero tienen un espectáculo montado con varios cantantes, músicos y bailarines. Además, nos sabíamos buena parte de las canciones, porque nuestro único CD por algunos días durante el recorrido en carro, contenía los éxitos del momento, por lo que aparte de bailar, fuimos capaces de corear junto con los cedeireños los coros de las canciones. Qué mejor manera de intimar con la gente que cantar con ellos.

Una vez que se acabó la Orquesta Israel fuimos a uno de los bares de la plaza, estaban poniendo salsa, así que no más llegar y yo ya estaba en la pista. Esto hizo que las chicas del bar me abordaran y rápidamente parecíamos las mejores amigas. Sumado a los dotes salsísticos, la guapura de mis dos amigos tenía a las chicas del bar muy pendientes. De hecho, una de ellas vino a ofrecerme un intercambio, me trajo a su hermano y a su primo a cambio de Pablo y Rafa. Por supuesto me negué, yo cuido a mis amigos.

Licor de café, bailar, algún mojito, bailar más. En la venta de hamburguesas los chicos que hacían fila en cuanto me escucharon el acento empezaron a interrogarme sobre mi procedencia. Creo que por estos rumbos no vienen muchos costarricenses. Y bueno, he de confesar que se sintió bien eso de ser por un rato el centro de atención.

Esta mañana llegamos agotados al hostal. La noche de ayer fue totalmente improvisada, bueno, casi todo en este viaje lo ha sido en realidad. Lo malo es que a las 12 md. Teníamos que dejar la habitación. Yo me levanté antes porque tenía que conseguir un par de lentes de contacto, perdí los míos durante los primeros días y me incomoda usar gafas todo el día, además, quería comprar un poco de fruta y agua en el supermercado, algo me decía que hoy necesitaríamos vitaminas.

Fui a la óptica al lado de la plaza y pedí un par de lentes de contacto. Parece que eso solo se vende si uno lo ordena y tarda unos días en llegar el pedido. Le expliqué a la dependienta que estaba de viaje por Galicia y que no podía regresar, pero que era urgente tener un par provisional. Y aquí es donde la característica amistosa de Cedeira volvió a salir, la chica me dijo, voy a buscar, esto no se puede hacer, pero como es una emergencia. La cosa es que encontró un par de lentes de contacto que eran de mi medida, cuando le dije que cuánto le debía me dijo que nada. Me regalaron mis lentes de contacto!!!

Salí de la óptica feliz, no podía creer la buena suerte, había resuelto mi primer objetivo de la mañana. Luego fui a buscar el supermercado. Le pregunté a una señora en la calle. Rápidamente se acercó otra señora y entre las dos me explicaron detalladamente donde estaba el súper, por supuesto esto ocurrió después de haber respondido de donde venía y haber dado los detalles al respecto.

Cuando regresé al hostal era hora de salir. Bajamos a desayunar. La Plaza de Cedeira rápidamente se empezó a llenar de ruido. Las mesas de la plaza se empezaron a llenar con gente con muchas ansias por desayunar. Mientras nos ponían un café intenté por varias panaderías conseguir croissants, las filas para comprar eran larguisimas, además empecé a notar un cierto ritmo casi caribeño en los dependientes. Una vez que conseguí los croissants volví con los chicos, para mi sorpresa el café no había llegado aun. Cada vez había más y más gente en la plaza, el ruido empezaba a ser insoportable. Así que antes de que el bonito recuerdo que habíamos construido de Cedeira se transformara, decidimos marchar.

Nos fuimos a pasar una parte de la tarde en Playa Morouzos de la Ría Ortigueira. En realidad fuimos a dormir la siesta, reponer fuerzas antes de seguir hasta Ribadaneo. En la playa hacía mucha brisa, yo ya tenía frío. En esta playa la gente practica windsurf, así que teníamos a la vista a algún deportista metido en el agua. En esta ocasión, ya tan al norte, yo ni siquiera me planteé la posibilidad de nadar.

Una vez repuestas las energías cruzamos hasta Playa Las Catedrales, arribando a otra provincia de Galicia: Lugo. Con este recorrido habíamos ya pasado por tres de las cuatro provincias de Galicia. Esta playa está bañada por el mar Cantábrico, llena de acantilados y piedras, muy diferente a las playas tropicales a las cuales estoy acostumbrada. Nunca había visto acantilados así, la playa estaba llena de piedras enormes que parecían esculpidas por manos gigantes. Esta vista fue realmente espectacular.

Después del atardecer en las Catedrales nos fuimos a Ribadeo, también en Lugo. Como ya el hambre acechaba decidimos resolver la cena antes que el hotel (cumpliendo también con la norma de los días por Galicia: el hotel hasta que pasemos la medianoche...). Preguntamos adonde podíamos encontrar una buena mariscada, era la última noche juntos y nos merecíamos un homenaje. Aunque a decir verdad, en términos de comida nos habíamos homenajeado todos los días.

La recomendación fue el restaurante San Miguel, cerca del puerto. Este restaurante tiene dos versiones, la de lujo y una 'no tan de lujo'. Fuimos a la 'no tan de lujo', aunque para mis parámetros seguía siéndolo un poco, la comida fue espectacular. Pedimos una mariscada para tres, y cuando vino, no nos podíamos creer el tamaño del plato y la cantidad de bichos que tenía. De verdad fue un gran homenaje! Éramos los únicos en el restaurante, entonces tuvimos a los meseros sólo para nosotros, que aparte de la gran atención eran simpatiquísimos. Así que sin van a Ribadeo y quieren homenajearse este es el restaurante indicado.

Para cuando terminamos de cenar ya eran casi la 1 de la madrugada. O sea, ya era el momento para encontrar habitación. Ribadeo estaba lleno. En todos los hoteles que preguntábamos la ocupación estaba al límite. Intentamos llamar a algún hotel de los pueblos vecinos y lo mismo. En algún momento pensamos que nuestra última noche estaría marcada por no encontrar hotel. Sin embargo, el milagro, de nuevo, un hostal encima de un bar nos resolvió la noche. Así que brindamos con nuestro último licor de café del Road Trip por Galicia.


Día 7, de despedidas, Mondoñedo, Lugo y al fin: Ourense!

Esta mañana cerramos una parte del paseo. El Rafa cambió de camino y con eso inició una nueva etapa con un poco más de Galicia y Portugal, pero esta vez el Pablo y yo. Aunque todos vivimos en el mismo país y proyectamos volvernos a ver, llegar a un espacio en donde lo que toca es despedirse provoca sensaciones. Acompañamos a Rafa hasta el último segundo antes de que subiera al autobús, nos abrazamos y lo dejamos ir.

Pablo y yo desayunamos y nos fuimos al mercado de Ribadeo. Sin compras realizadas porque todo era ropa y zapatos, regresamo al coche con dirección Ourense pero con dos paradas en el camino. Primero nos detuvimos en Mondoñedo a almorzar. Mondoñedo tiene un centro histórico muy bonito, lo caminos, e incluso nos fuimos un poco por los alrededores, donde ya no había edificaciones sino árboles.

El pueblo estaba desierto, los edificios muchos de ellos vacíos y/o en venta. En algún momento soñamos con lo que pasaría si viviéramos en Mondoñedo. Yo de pensar en lo que debe ser el invierno en Coruña lo descarté de una. Me comprometí con visitar al tío Pablo en verano y Pablo se comprometió con tener una casa grande para que todos pudiéramos visitarlo.

Después de una hora en coche desde Mondoñedo, llegamos al centro histórico de Lugo, el cual está rodeado por una muralla romana. Cuando Pablo me dijo que íbamos a darle la vuelta a la muralla le dije que estaba loco, ingenuamente pensaba que íbamos a caminar al lado del muro y dar la vuelta viendo ladrillos. Pero, ¡ay de mí y mi poca experiencia en murallas romanas! Subimos unas graditas e hicimos un lindísimo recorrido encima de la muralla, desde donde alguna vez los soldados romanos protegían la ciudad. Son como 2 kilómetros que permiten no sólo caminar sobre piedras históricas, sino darle un vistazo desde lo alto a la ciudad de Lugo.

Entonces es cuando se descubren algunas huellas del paso del tiempo y la modernización de la muralla. Uno camina y se encuentra con una pareja ligando en un rincón. Si se mira hacia el interior del muro, muy cerca están las puertas de las casas o las ventanas. De pronto estaba el notario a unos escasos metros de nosotros trabajando en su ordenador. O el gato asomándose por una ventana. Caminar por la muralla no sólo es caminar y ver de lejos una ciudad, es como meterse en las casas de Lugo.

Al final de chepiar a la gente que vive con casas que dan a la muralla de Lugo, eh no, digo, de darle la vuelta a la muralla nos fuimos a Ourense. Pablo había insistido que Ourense moría en verano y por eso no habíamos hecho la visita de rigor. Sin embargo, me llevó al casco histórico a cenar y vaya sorpresa, no podía tener más vida Ourense esa noche!!! Caminamos por el casco histórico, comimos tapas por aquí y por allá.

También vimos las famosas burgas, que son unas fuentes de aguas termales curativas. Aparte de las fuentes, hay una piscina en medio de una plaza, disponible para la visita del público. El acceso es gratuito, pero no sé qué tan cómodo puede ser estar en un agua termal mientras todos los transeúntes te miran, la piscina está en pleno centro de la ciudad en un espacio abierto, con poca intimidad digamos.

Intentamos ver el puente romano que está sobre el Río Miño, pero yo ya no podía caminar más, los pies me dolían y estaba casi muerta. Eran ya pasadas la 1 a.m. Y llevábamos tres ciudades recorridas, bueno, Mondoñedo era más un pueblo. En fin que no caminamos al puente, pero nos sentamos en una banca a orillas del río y lo vimos a lo lejos, dando por finalizado el tour por Galicia, al día siguiente saldríamos rumbo a Oporto, Portugal.

En las fiestas de Cedeira.  La Orquesta Israel dándolo todo.
Bar de los amigos de Cedeira.


Al día siguiente Cedeira, la plaza empieza a llenarse.

Playa Morouzos.  Esta foto fue con el móvil, me encanta, en Galicia las fotos se toman solas.

Muy recomendado, atención al cliente maravillosa.

De nuevo al coche.

Desde el coche.

Presa, será que están arreglando algún hueco...

Llegando a Playa Las Catedrales.
Playa Las Catedrales.

Playa Las Catedrales.



Pablo, nuestro guía. Playa Las Catedrales.

Playa Las Catedrales.

Quien sabe que estaba diciendo, pero aquí en Playa Las Catedrales.

Una pareja en Playa Las Catedrales.

Rafa en Playa Las Catedrales.

Playa Las Catedrales.

Foto tomada por Pablo.  Cata en Playa Las Catedrales. 
Playa Las Catedrales.

Foto de grupo viajero.

Playa Las Catedrales y su flora.

Playa Las Catedrales. 
Ribadeo.

Poema de Rosalía de Castro. Ribadeo.

Los famosos percebes.  Restaurante San Miguel en Ribadeo.

Rafa muestra la mariscada! Restaurante San Miguel en Ribadeo.

Mi primer langostino!


El camino de Santiago siempre estaba señalizado.

Entrada a Mondoñedo.

Mondoñedo. 
Mondoñedo.

Mondoñedo.

Menú en Mondoñedo.

Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo.

Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo.

Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo.

Arte urbano desde muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo.

Vista desde muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo.

Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo.

Vista desde muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo.

Centro histórico de Ourense.
Un verdadero local de Ourense.



miércoles, 11 de septiembre de 2013

Día 4 y Día 5: Road Trip por Galicia

Día 4, ¿Qué hacen un gallego, un sevillano y una tica de road trip por Galicia?:

Sobrevivimos a nuestra noche en Lira. El hostal encima del bar que encontramos a última hora fue cumplidor, era una habitación para tres, el baño estaba afuera, lo compartíamos con el resto de habitaciones del piso del hostal. Yo me desperté más temprano que los chicos, las gaviotas en los techos de al lado hacían imposible seguir durmiendo.

Les esperé un par de horas que aproveché para leer y dar un pequeño vistazo a los alrededores del hostal. Venden pulpo al lado y al otro lado, al frente estoy segura que venderían si hubiera un restaurante.

Una vez que todos estábamos listos bajamos al bar a desayunar. Pablo y Rafa están enganchados al Atriviáte, un juego del móvil. Así que se pasan sus buenos ratos contestando preguntas con su teléfono. Incluso juegan entre ellos, cada tanto se miran y se ríen, me imagino que se anuncian quién va ganando. Mientras tomo mi café recuerdo que anoche soñé que estaba en un naufragio y salvaba un pingüino emperador encapuchado...Intenté ver qué me decía el google al respecto, pero mi móvil va lento.

Pagamos e iniciamos el viaje. De nuevo el CD del Chipirón, me empezaba a impacientar. En medio de las montañas vi el rótulo de un Carrefour, no puedo explicar la sensación de salvación que sentí. Le pedí a Pablo que se detuviera. Propuse comprar un aparato de esos que se conectan con la radio y el ipod. Todos estuvimos de acuerdo. Al fin cambiamos de música.

La meta del día de hoy era llegar a Fisterra, pero antes de llegar pasamos por varios lugares, en realidad, cuando pienso en la cantidad de destinos y actividades que hicimos no entiendo cómo llegamos a tiempo para el atardecer. Una de las cosas que más aprecio desde que estoy en España es que los días son laaargos. Eso de que el sol esté por más de doce horas me encanta, es como tener tres días en uno solo, y bueno, en el verano esto es todavía mejor, así que cada día en Galicia se multiplica por dos o tres o cuatro.

Lo primero que hicimos fue ir a la playa. Esta era una playa cerca de Lira, playa de Carnota. De nuevo el oceáno Atlántico frente a mí. Eran poco menos de las dos de la tarde, hacía mucho calor, el sol invitaba a darse un chapuzón. Pero pensaba en mi intento fallido del día anterior en el Castro de Baroña, el agua ayer estaba helada. Ahora estábamos más al norte, estaba segura de que tenía que ser peor.

Pero el calor me hizo dudar de mi decisión de quedarme sin nadar y sin pensarlo mucho en cuanto me entró la duda me fui directo al agua. Recorrí casi cien metros de arena blanca, la playa era enorme, y sin pausa me sumergí en la primera ola. Aaaaaaaaah!!!!!! qué ricoooooo!!!! Pero qué frío al mismo tiempo. Hacía tanto calor y tanto frío. Nadé un buen rato, hasta que un pez muy grande se me atravesó en una ola, hubiera jurado que era un tiburón...Ante la duda, mejor salí.

Continuamos nuestro camino en busca de pulpo, ya teníamos hambre. Paramos en un sitio que nos recomendaron en el camino: A Revolta. El dueño era un señor un poco malhumorado, o eso parecía. Primero se mostró muy enfadado porque llegamos cuando la cocina ya estaba cerrada, pero pronto nos ofreció algunas cosas que eran fáciles de cocinar o que ya estaban listas. Entre ellas, la merluza. Yo no quería porque hasta ahora pensaba que no me gustaba. Pero no había otra cosa, así que lo intenté y: amo la merluza!!! Qué delicia de pescado, yo creo que todos los pescados y mariscos de Galicia son deliciosos, hasta los que no me gustan me terminan gustando.

Al final el señor malhumorado que nos atendía tuvo algunos momentos de simpatía con nosotros. Me recordó a la señora de Pobre do Caramiñal que al principio parecía malhumorada y al final terminó comprándole el postre al Rafa. Quizás es que la gente aquí es un poco bipolar o ciclotímica.

Continuamos el camino y nos detuvimos a ver el horreo de Carnota, los horreos son unas edificaciones que servían para almacenar alimentos y alejarlos de la humedad y los animales. Este es uno de los más grandes que existen. También pasamos por la Cascada de Ézaro, subimos al mirador con el mismo nombre desde donde se veía nuestro destino final del día: Fisterra.

Mientras íbamos en el coche me di cuenta de que Pablo dice diay y mae. Me hace gracia esta mezcla cultural que tenemos en el coche. ¿Qué hacen un gallego, un sevillano y una tica (costarricense) de road trip por Galicia? (comer pulpo). Además, yo aprovecho para aprender algunas palabras en gallego: luar, que es la luz de la luna, me encanta esa palabra, no existe en castellano una palabra que la traduzca. Xeo es hielo y xear es esa capita de hielo que tienen las plantas en las mañanas frías.

Cerca de las 8 de la tarde llegamos al fin del mundo: Finisterre en gallego o Fisterra como se conoce oficialmente. Tuve que enviar un mensaje de whatsapp al grupo que tengo con mi familia en Costa Rica con una foto de uno de los atardeceres más impresionantes que he visto. Habían por lo menos cien personas agrupadas en las rocas de la punta de España que alguna vez fue imaginada como el final de la Tierra, admirando el sol ocultarse en la famosa costa de la muerte.

Hacía mucho frío pero teníamos sangría, así que nos plantamos a admirar el mar, el sol y las nubes que se aglomeraban hacia la línea del horizonte difuminando el límite. No es difícil imaginar cómo hace años se creía que había dragones merodeando el fin del mundo conocido hasta ese día.

Finisterre: el fin del mundo.


Día 5, cambiando de opinión y dirección, busquemos unas fiestas de pueblo:

Ayer conseguimos habitación en un hotel rural cerca de Fisterra. Este hotel a diferencia del de la noche anterior estaba bastante bien, aunque un poco barroco para mi gusto en algunos detalles, la ducha parecía un cápsula de viaje en el tiempo, tenía un radio en su interior. Pero no me quejo, la cama estaba deliciosa.

Anoche fuimos a cenar pulpo una vez más, entre otras cosas. Yo me tomé una sopita de mariscos, ya no podía comer más. De nuevo nos topamos con un dueño de restaurante de humor poco descifrable. Es como que intentan ser amargados pero se les sale una cuota de simpatía por ratos. Ya con este es el tercero con esa actitud, empiezo a notar un cierto patrón.

La mañana de hoy la pasamos haciendo gestiones sobre nuestros transportes para después del viaje por Galicia. Rafa tenía que reservar el bus para su siguiente destino, yo había sido tentada y convencida por Pablo para quedarme más días por Galicia y una posible visita a Portugal, así que retrasé mi tren de regreso a Barcelona. Una vez cumplidas las necesidades logísticas nos fuimos rumbo a Betanzos.

Una vez en Betanzos vimos que habían fiestas, pero estas aun no eran las oficiales.  No estábamos muy convencidos de nuestra estancia ahí. Comimos delicioso una vez más, pulpo incluido en el menú. Yo comí bacalao, que pensaba que tampoco me gustaba.  Creo que de ahora en adelante cualquier pescado de Galicia me lo voy a comer, ya no vuelvo a decir que no me gusta.

Caminamos por el pueblo en busca de un hotel. Aun había sol y creo que eso no estaba ayudando a la tradición de encontrar dónde dormir sin sol y cerca de la medianoche. Nos sentamos en un parque para mirar opciones por Internet hasta que todos expusimos nuestros deseos para esa noche, y concordábamos, lo mejor sería encontrar unas fiestas de pueblo. Así que manos a la obra, google donde hay hoy fiestas de pueblo en Galicia, y google dijo: en Cedeira. Eso estaba a casi 80 kilómetros y aunque eran las 8 de la noche, emprendimos el viaje.


Y aquí estamos, en un hostal justo en la Plaza Mayor de Cedeira, la música se mete por el balcón y pronto la Orquesta Israel arranca el espectáculo. Todo el mundo anda disfrazado, la gente no cabe en la Plaza. A mí me duele el estómago, parece que el pulpo en grandes cantidades es difícil de digerir. Mientras averiguaba eso en el Internet, también descubrí que es un alimento bajísimo en grasa y con unos beneficios maravillosos para la salud. Espero que se equilibren sus propiedades y se me pase pronto este malestar que quiero ir a la fiesta. Los chicos están en su momento Atriviáte.

Betanzos.



Más fotos:

Lira.

Lira.

Puestos al camino de nuevo.

Cerca de Playa Carnota.

Playa Carnota.

Playa Carnota.

Cementerio al lado del Horreo de Carnota.


Horreo de Carnota.

Horreo de Carnota.

Saliendo de Playa Carnota  y camino a Finisterre. 
Saliendo de Playa Carnota  y camino a Finisterre.  
Cascadas de Ézaro.

Cascadas de Ézaro.

Cascadas de Ézaro.

Recuerdo de Cascadas de Ézaro.

Mirador de Ézaro.

Mirador de Ézaro.

Desde el mirador de Ézaro.
Desde el mirador de Ézaro.
Desde el mirador de Ézaro.
Mirador de Ézaro.

Finisterre.

Finisterre: foto expuesta en el centro de acogida. 
Finisterre: el fin del mundo. 
Finisterre: el fin del mundo. 

Finisterre: el fin del mundo. 


Finisterre: el fin del mundo. 

Finisterre: el fin del mundo. 

Finisterre: el fin del mundo. 



Betanzos.


Cedeira: Fiestas!