Desde hace unos cuantos años parece
que los setiembres, por una cosa u otra, se me han convertido en
torbellinos. Quizás porque son el mes mierda (así
se le denomina al mes anterior al cumpleaños, entonces,
astrológicamente todo se desordena, o se reacomoda, como quiera
verse). El año pasado tuve que correr para empacar mi vida en un
par de maletas y venir a Barcelona a estudiar y vivir un año. Este
año volvió a repetirse la angustia de empacar, de cambiarme de
apartamento, dos veces en el mismo mes, pero sobretodo tenía como
principal actividad la planificación del viaje mochilero a Sudeste
Asiático que me había propuesto para octubre y noviembre 2013.
Al final ese viaje se desplanifició y replanificó en pocos días con nuevo destino,
estoy aquí en el aeropuerto de Barcelona a punto de subirme en un
avión que me llevará a Doha, Qatar, ahí abordaré otro avión que
me llevará a Bangalore, India. En Bangalore me recogerá el señor
Ramana Naidu, lo conocí a través del couchsurfing, muy
amablemente me llevará a Mysore, India, en donde haré un curso
intensivo de yoga por un mes.
Aun no sé como putas llegué
aquí. En serio, en menos de dos semanas cambié de destino y
actividad para mis meses viajeros, espero que para bien. Acabo de
colgar una foto en facebook anunciando mi
viaje, creo que
muchos de mis amigos y familia no saben de este viaje, pero es que ni yo hace
dos semanas sabía. Me desconozco un poco, antes hubiera tenido todo
debidamente organizado, detalle a detalle. Pero esta vez como no era
así, por dicha, pude improvisar y hacer algo que realmente me tiene
muy emocionada.
Hace un año mi plan era que en cuánto
terminara el máster me iría a mochilear por el sudeste asiático.
India me pasaba por la mente pero siempre que lo comentaba o buscaba
información me disuadía porque parecía ser un destino peligroso y complicado para una mujer que viaja sola.
Mi fecha de salida según el plan
estructurado que mantenía era salir el 1 de octubre hacia Bangkok y
visitar Tailandia, VietNam, Camboya, Laos, pero también quería el
Tibet y Nepal. En fin, que no lograba centrarme y ser coherente y
seleccionar una ruta decente que no implicara correr para ver los
sitios. No tengo ganas de correr para conocer sitios. Pero India no
estaba en la lista de lugares.
Hace un par de meses me tomé una
cerveza con mi amigo Marc, que vino de visita a Barcelona. Marc es
catalán, lo conocí en el Caribe de Costa Rica mientras él le daba
la vuelta el mundo. Ahora vive en Tailandia, fundó una ONG en la
frontera con Birmania. Le pedí consejo sobre mi proyecto de viaje
por el Sudeste Asiático. Ese día le comenté inocentemente que me
hubiera gustado incluir India en este viaje, pero sabía que tenía
poco tiempo y sobretodo me daba miedo hacerlo sola. Marc me
aconsejó reconsiderarlo, pues su experiencia en ese país había
sido positiva, además me comentó que los billetes desde Bangkok
eran muy baratos hacia Delhi. Así que su consejo fue: llegue a
Tailandia sin presión, no se ponga una ruta muy estricta y así
poder improvisar y quizás incluir India.
Ese día me empezó a dar vueltas en la
cabeza India más seriamente. Además me entró ilusión de ir y
hacer yoga unas semanas, de quedarme quieta un rato. Pero me pasé
varias semanas con eso sin llegar a alguna conclusión al respecto.
De hecho, seguía pensando que el Sudeste Asiático llenaría los
dos meses de viaje.
Como la fecha de salida propuesta ya se
acercaba, fue el tema de conversación recurrente esas semanas. Con
quien lo comentaba había alguna respuesta positiva sobre ir, por
supuesto con miles de advertencias y consejos, pero al parecer ir
sola podía ser una opción teniendo cuidado. La gota que derramó
el vaso cayó hace unas tres semanas. Me reuní con un viajero que
respondió a un anuncio que dejé en una librería de viajes que hay
en Barcelona. La librería se llama Altaïr y es genial, a mí me
encanta ir y pasar horas de horas viendo libros, revistas y
accesorios de viajes. Pero la mejor parte es la pizarra de corcho
en la entrada, la cual se divide en columnas según continentes,
entonces los viajeros colocan anuncios sobre sus viajes solicitando
consejos, pero sobretodo compañeros de ruta. Ahí dejé mi anuncio
sobre el viaje al Sudeste Asiático y me escribió Sergi.
Sergi es un viajero con mucha
experiencia, ha estado y vivido en muchos países. Así que
empezamos a conversar sobre las posibles rutas que haríamos y ver si
podíamos coincidir en algún momento de nuestros viajes. Surgió el
tema de India, le comenté lo mismo que conté antes, que no estaba
segura de ir, que aun no había comprado billetes de avión porque no
estaba segura de la ruta. En fin, resultó que Sergi había viajado
en varias ocasiones a India y llenó el momento de anécdotas,
experiencias, y sensaciones sobre ese país tan misterioso para mí
hasta entonces. Terminamos hablando de India más que del Sudeste
Asiático y yo me convencí de que al menos uno de los dos meses lo
quería hacer en India.
Al día siguiente miré el tema de la
visa a India y estaba apenas a tiempo para tramitarla y poder salir
el 1 de octubre, pues mi pasaporte debía ir a Madrid y volver, por
lo que pasarían entre 9 y 10 días hábiles, justo los que quedaban
en el medio antes de mi partida. Corrí y logré hacer todos los
trámites. Ya iba a comprar los billetes a Bangkok y luego unos de
Bangkok a Nueva Dehli, cuando me di cuenta que para Tailandia era
necesaria una visa cuyo trámite se tardaría un par de días, pero
no podía avanzar porque la Embajada de India en Madrid tenía mi
pasaporte.
Así que pensé que quizás lo mejor sería bajar revoluciones con los trámites de visado y aprovechar para pasar los dos meses en India. Ya había empezado a investigar y
ese país es ENORME, con una diversidad cultural, social, climática,
geográfica impresionante Aun me daba miedo, pero empecé a hacer
más investigación sobre el tema. Le escribí a una amiga en Costa
Rica que había estado hace poco. Me incentivó a ir, me dio
consejos importantes para mantenerme segura eso sí. También me
reuní con una amiga del máster que fue durante el verano, ella no estaba
tan segura de que fuera buena idea de que fuera sola, pero me dio muy
buenos consejos y el contacto de una amiga suya que vive en Dehli.
Y como quería hacer yoga unas semanas,
empecé a buscar donde y encontré un curso que justo iniciaba el 1
de octubre. Así que, en lugar de salir hasta ése día como lo
tenía planeado, debía salir antes, o sea máximo hoy (28 de
setiembre). Lo de la llegada de la visa me tuvo nerviosa, pero el
lunes 23 me avisaron que venía en camino, ese día confirmé en la
escuela de yoga de Mysore mi participación en el curso y compré los
billetes! El miércoles 25 por la mañana el cartero vino y me
entregó mi pasaporte.
Así que la primera parte del viaje
estaba resuelta. Me quedaría un mes en Mysore, con lo cual podría
“estar” en un solo lugar, también tengo ganas de eso. Además,
siento que me va a permitir conocer detalles de India que no se ven
cuando uno va de sitio en sitio, como sí será mi segundo mes por allá (creo...).
En los últimos meses el tema de la
inseguridad de las mujeres en India está presente en los medios de
comunicación y redes sociales. Empecé a investigar sobre el barrio
en el que debía vivir y encontré algunas iniciativas que procuraban
encontrar caminos para mejorar esta situación. Descubrí un
personaje muy activo con esto, se llama Anu, tiene un café en
Gokulam, el barrio en donde la mayoría de escuelas de yoga están.
Ella ha hecho campañas de información y sobretodo de concienciación
para que haya más vigilancia en el barrio. Nos escribimos un par de
correos sobre el tema y coincidimos en que el problema no se
resolverá con más seguridad, aunque ello solvente el momento
presente, pues hay una raíz en la cultura de India que hace que
ocurran estos episodios violentos contra las mujeres. Ya conoceré a
Anu en estos días y retomaremos el tema, me parece una mujer muy
interesante. Además colabora con un programa de educación para
niños con escasos o nulos recursos en Mysore. Por el facebook,
nos solicitó a los que vamos a hacer yoga llevar materiales para los
niños.
En unas horas, domingo en la madrugada
de India, cuando llegue a Bangalore, me estará esperando Ramana del
couchsurfing, es un señor de unos sesenta años, que junto
con su esposa viven entre Bangalore y Mysore. Además, me alquilará
una habitación en Mysore durante el mes de octubre. Así que mañana
estaremos en Bangalore y el lunes saldremos para Mysore que está a
unas dos horas de viaje en coche.
Y el martes 1 de octubre a las 5 a.m.
iniciaré mi curso de yoga, que se extenderá durante octubre, de
lunes a sábado, solo tendremos libres los domingos. Mi cumpleaños
lo pasaré allí, qué gran regalo.
Aquí sigo, en el aeropuerto de
Barcelona esperando mi llamada al avión que va a Doha. Esperando
para subirme en un plan que nunca imaginé iba a construir. Estoy
nerviosa, ansiosa, asustada, emocionada, contenta. Todo el mundo
tiene una opinión sobre India, haya o no haya ido. Yo creo que es
imposible generalizar sobre un pedazo de tierra tan grande. Costa
Rica cabe 64 veces ahí, y yo ya pienso que mi país es diverso, ahora
con India, bueno, no me atrevo a intentar ni siquiera emular una leve
generalización. De lo que he leído y me han contado quienes
fueron, India me tiene intrigada, quiero pronto resolver el misterio:
¿qué voy a sentir sobre India, o más bien de los lugares que vea
de India?
Ya me están llamando, debo abordar.
Disfrute sweetie, te merecés esta pausa en el culellet del mundet
ResponderEliminarLOVE YOU
Gracias!!!! Tot está benament!!! lob llu, beso.
ResponderEliminarMe encanta!!!
ResponderEliminarUn abrazo Tati!!!
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