Día 6, de
Coruña a Lugo :
A las 11 a.m. de hoy la plaza de Cedeira estaba vacía, la tarima
donde estaba la orquesta ayer había desparecido mágicamente,
parecía un pueblo fantasma. Pero anoche Cedeira fue otra cosa.
Primero, una fiesta bailable con la orquesta Israel en la Plaza,
zapateamos hasta el cansancio. Una vez que se acabó, nos fuimos de
bares por el pueblo y seguimos bailando. Cedeira es un pueblo para
hacer amigos, es la versión gallega de Palmares (pueblo en Costa
Rica cuyo lema es: un pueblo para hacer amigos).
La Orquesta Israel básicamente toca covers, pero tienen un
espectáculo montado con varios cantantes, músicos y bailarines.
Además, nos sabíamos buena parte de las canciones, porque nuestro
único CD por algunos días durante el recorrido en carro, contenía
los éxitos del momento, por lo que aparte de bailar, fuimos capaces
de corear junto con los cedeireños los coros de las
canciones. Qué mejor manera de intimar con la gente que cantar con
ellos.
Una vez que se acabó la Orquesta Israel fuimos a uno de los bares de
la plaza, estaban poniendo salsa, así que no más llegar y yo ya
estaba en la pista. Esto hizo que las chicas del bar me abordaran y
rápidamente parecíamos las mejores amigas. Sumado a los dotes
salsísticos, la guapura de mis dos amigos tenía a las chicas
del bar muy pendientes. De hecho, una de ellas vino a ofrecerme un
intercambio, me trajo a su hermano y a su primo a cambio de Pablo y
Rafa. Por supuesto me negué, yo cuido a mis amigos.
Licor de café, bailar, algún mojito, bailar más. En la venta de
hamburguesas los chicos que hacían fila en cuanto me escucharon el
acento empezaron a interrogarme sobre mi procedencia. Creo que por
estos rumbos no vienen muchos costarricenses. Y bueno, he de
confesar que se sintió bien eso de ser por un rato el centro de
atención.
Esta mañana llegamos agotados al hostal. La noche de ayer fue
totalmente improvisada, bueno, casi todo en este viaje lo ha sido en
realidad. Lo malo es que a las 12 md. Teníamos que dejar la
habitación. Yo me levanté antes porque tenía que conseguir un par
de lentes de contacto, perdí los míos durante los primeros días y
me incomoda usar gafas todo el día, además, quería comprar un
poco de fruta y agua en el supermercado, algo me decía que hoy
necesitaríamos vitaminas.
Fui a la óptica al lado de la plaza y pedí un par de lentes de
contacto. Parece que eso solo se vende si uno lo ordena y tarda unos
días en llegar el pedido. Le expliqué a la dependienta que estaba
de viaje por Galicia y que no podía regresar, pero que era urgente
tener un par provisional. Y aquí es donde la característica
amistosa de Cedeira volvió a salir, la chica me dijo, voy a buscar,
esto no se puede hacer, pero como es una emergencia. La cosa es que
encontró un par de lentes de contacto que eran de mi medida, cuando
le dije que cuánto le debía me dijo que nada. Me regalaron mis
lentes de contacto!!!
Salí de la óptica feliz, no podía creer la buena suerte, había
resuelto mi primer objetivo de la mañana. Luego fui a buscar el
supermercado. Le pregunté a una señora en la calle. Rápidamente
se acercó otra señora y entre las dos me explicaron detalladamente
donde estaba el súper, por supuesto esto ocurrió después de haber
respondido de donde venía y haber dado los detalles al respecto.
Cuando regresé al hostal era hora de salir. Bajamos a desayunar.
La Plaza de Cedeira rápidamente se empezó a llenar de ruido. Las
mesas de la plaza se empezaron a llenar con gente con muchas ansias
por desayunar. Mientras nos ponían un café intenté por varias
panaderías conseguir croissants, las filas para comprar eran
larguisimas, además empecé a notar un cierto ritmo casi caribeño
en los dependientes. Una vez que conseguí los croissants volví con
los chicos, para mi sorpresa el café no había llegado aun. Cada vez
había más y más gente en la plaza, el ruido empezaba a ser
insoportable. Así que antes de que el bonito recuerdo que habíamos
construido de Cedeira se transformara, decidimos marchar.
Nos fuimos a pasar una parte de la tarde en Playa Morouzos de la Ría
Ortigueira. En realidad fuimos a dormir la siesta, reponer fuerzas
antes de seguir hasta Ribadaneo. En la playa hacía mucha brisa, yo
ya tenía frío. En esta playa la gente practica windsurf,
así que teníamos a la vista a algún deportista metido en el agua.
En esta ocasión, ya tan al norte, yo ni siquiera me planteé la
posibilidad de nadar.
Una vez repuestas las energías cruzamos hasta Playa Las Catedrales,
arribando a otra provincia de Galicia: Lugo. Con este recorrido
habíamos ya pasado por tres de las cuatro provincias de Galicia.
Esta playa está bañada por el mar Cantábrico, llena de acantilados
y piedras, muy diferente a las playas tropicales a las cuales estoy
acostumbrada. Nunca había visto acantilados así, la playa estaba
llena de piedras enormes que parecían esculpidas por manos gigantes.
Esta vista fue realmente espectacular.
Después del atardecer en las Catedrales nos fuimos a Ribadeo,
también en Lugo. Como ya el hambre acechaba decidimos resolver la
cena antes que el hotel (cumpliendo también con la norma de los días
por Galicia: el hotel hasta que pasemos la medianoche...).
Preguntamos adonde podíamos encontrar una buena mariscada, era la
última noche juntos y nos merecíamos un homenaje. Aunque a decir
verdad, en términos de comida nos habíamos homenajeado todos los
días.
La recomendación fue el restaurante San Miguel, cerca del puerto.
Este restaurante tiene dos versiones, la de lujo y una 'no tan de
lujo'. Fuimos a la 'no tan de lujo', aunque para mis parámetros
seguía siéndolo un poco, la comida fue espectacular. Pedimos una
mariscada para tres, y cuando vino, no nos podíamos creer el tamaño
del plato y la cantidad de bichos que tenía. De verdad fue un gran
homenaje! Éramos los únicos en el restaurante, entonces tuvimos a
los meseros sólo para nosotros, que aparte de la gran atención eran
simpatiquísimos. Así que sin van a Ribadeo y quieren homenajearse
este es el restaurante indicado.
Para cuando terminamos de cenar ya eran casi la 1 de la madrugada. O
sea, ya era el momento para encontrar habitación. Ribadeo estaba
lleno. En todos los hoteles que preguntábamos la ocupación estaba
al límite. Intentamos llamar a algún hotel de los pueblos vecinos
y lo mismo. En algún momento pensamos que nuestra última noche
estaría marcada por no encontrar hotel. Sin embargo, el milagro, de
nuevo, un hostal encima de un bar nos resolvió la noche. Así que
brindamos con nuestro último licor de café del Road Trip por
Galicia.
Día 7, de
despedidas, Mondoñedo, Lugo y al fin: Ourense!
Esta mañana
cerramos una parte del paseo. El Rafa cambió de camino y con eso
inició una nueva etapa con un poco más de Galicia y Portugal, pero
esta vez el Pablo y yo. Aunque todos vivimos en el mismo país y
proyectamos volvernos a ver, llegar a un espacio en donde lo que toca
es despedirse provoca sensaciones. Acompañamos a Rafa hasta el
último segundo antes de que subiera al autobús, nos abrazamos y lo
dejamos ir.
Pablo y yo
desayunamos y nos fuimos al mercado de Ribadeo. Sin compras
realizadas porque todo era ropa y zapatos, regresamo al coche con
dirección Ourense pero con dos paradas en el camino. Primero nos
detuvimos en Mondoñedo a almorzar. Mondoñedo tiene un centro
histórico muy bonito, lo caminos, e incluso nos fuimos un poco por
los alrededores, donde ya no había edificaciones sino árboles.
El pueblo estaba
desierto, los edificios muchos de ellos vacíos y/o en venta. En
algún momento soñamos con lo que pasaría si viviéramos en
Mondoñedo. Yo de pensar en lo que debe ser el invierno en Coruña
lo descarté de una. Me comprometí con visitar al tío Pablo en
verano y Pablo se comprometió con tener una casa grande para que
todos pudiéramos visitarlo.
Después de una
hora en coche desde Mondoñedo, llegamos al centro histórico de
Lugo, el cual está rodeado por una muralla romana. Cuando Pablo me
dijo que íbamos a darle la vuelta a la muralla le dije que estaba
loco, ingenuamente pensaba que íbamos a caminar al lado del muro y
dar la vuelta viendo ladrillos. Pero, ¡ay de mí y mi poca
experiencia en murallas romanas! Subimos unas graditas e hicimos un
lindísimo recorrido encima de la muralla, desde donde alguna vez los
soldados romanos protegían la ciudad. Son como 2 kilómetros que
permiten no sólo caminar sobre piedras históricas, sino darle un
vistazo desde lo alto a la ciudad de Lugo.
Entonces es cuando
se descubren algunas huellas del paso del tiempo y la modernización
de la muralla. Uno camina y se encuentra con una pareja ligando en
un rincón. Si se mira hacia el interior del muro, muy cerca están
las puertas de las casas o las ventanas. De pronto estaba el notario
a unos escasos metros de nosotros trabajando en su ordenador. O el
gato asomándose por una ventana. Caminar por la muralla no sólo es
caminar y ver de lejos una ciudad, es como meterse en las casas de
Lugo.
Al final de chepiar
a la gente que vive con casas que dan a la muralla de Lugo, eh
no, digo, de darle la vuelta a la muralla nos fuimos a Ourense.
Pablo había insistido que Ourense moría en verano y por eso no
habíamos hecho la visita de rigor. Sin embargo, me llevó al casco
histórico a cenar y vaya sorpresa, no podía tener más vida Ourense
esa noche!!! Caminamos por el casco histórico, comimos tapas por
aquí y por allá.
También vimos las
famosas burgas, que son unas fuentes de aguas termales curativas.
Aparte de las fuentes, hay una piscina en medio de una plaza,
disponible para la visita del público. El acceso es gratuito, pero
no sé qué tan cómodo puede ser estar en un agua termal mientras
todos los transeúntes te miran, la piscina está en pleno centro de
la ciudad en un espacio abierto, con poca intimidad digamos.
Intentamos ver el
puente romano que está sobre el Río Miño, pero yo ya no podía
caminar más, los pies me dolían y estaba casi muerta. Eran ya
pasadas la 1 a.m. Y llevábamos tres ciudades recorridas, bueno,
Mondoñedo era más un pueblo. En fin que no caminamos al puente,
pero nos sentamos en una banca a orillas del río y lo vimos a lo
lejos, dando por finalizado el tour por Galicia, al día siguiente
saldríamos rumbo a Oporto, Portugal.
|
En las fiestas de Cedeira. La Orquesta Israel dándolo todo. |
|
Bar de los amigos de Cedeira. |
|
Al día siguiente Cedeira, la plaza empieza a llenarse. |
|
Playa Morouzos. Esta foto fue con el móvil, me encanta, en Galicia las fotos se toman solas. |
|
Muy recomendado, atención al cliente maravillosa. |
|
De nuevo al coche. |
|
Desde el coche. |
|
Presa, será que están arreglando algún hueco... |
|
Llegando a Playa Las Catedrales. |
|
Playa Las Catedrales. |
|
Playa Las Catedrales. |
|
Pablo, nuestro guía. Playa Las Catedrales. |
|
Playa Las Catedrales. |
|
Quien sabe que estaba diciendo, pero aquí en Playa Las Catedrales. |
|
Una pareja en Playa Las Catedrales. |
|
Rafa en Playa Las Catedrales. |
|
Playa Las Catedrales. |
|
Foto tomada por Pablo. Cata en Playa Las Catedrales. |
|
Playa Las Catedrales. |
|
Foto de grupo viajero. |
|
Playa Las Catedrales y su flora. |
|
Playa Las Catedrales. |
|
Ribadeo. |
|
Poema de Rosalía de Castro. Ribadeo. |
|
Los famosos percebes. Restaurante San Miguel en Ribadeo. |
|
Rafa muestra la mariscada! Restaurante San Miguel en Ribadeo. |
|
Mi primer langostino! |
|
El camino de Santiago siempre estaba señalizado. |
|
Entrada a Mondoñedo. |
|
Mondoñedo. |
|
Mondoñedo. |
|
Mondoñedo. |
|
Menú en Mondoñedo. |
|
Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo. |
|
Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo. |
|
Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo. |
|
Arte urbano desde muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo. |
|
Vista desde muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo. |
|
Muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo. |
|
Vista desde muralla romana alrededor del centro histórico de Lugo. |
|
Centro histórico de Ourense. |
|
Un verdadero local de Ourense. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario