miércoles, 11 de septiembre de 2013

Día 4 y Día 5: Road Trip por Galicia

Día 4, ¿Qué hacen un gallego, un sevillano y una tica de road trip por Galicia?:

Sobrevivimos a nuestra noche en Lira. El hostal encima del bar que encontramos a última hora fue cumplidor, era una habitación para tres, el baño estaba afuera, lo compartíamos con el resto de habitaciones del piso del hostal. Yo me desperté más temprano que los chicos, las gaviotas en los techos de al lado hacían imposible seguir durmiendo.

Les esperé un par de horas que aproveché para leer y dar un pequeño vistazo a los alrededores del hostal. Venden pulpo al lado y al otro lado, al frente estoy segura que venderían si hubiera un restaurante.

Una vez que todos estábamos listos bajamos al bar a desayunar. Pablo y Rafa están enganchados al Atriviáte, un juego del móvil. Así que se pasan sus buenos ratos contestando preguntas con su teléfono. Incluso juegan entre ellos, cada tanto se miran y se ríen, me imagino que se anuncian quién va ganando. Mientras tomo mi café recuerdo que anoche soñé que estaba en un naufragio y salvaba un pingüino emperador encapuchado...Intenté ver qué me decía el google al respecto, pero mi móvil va lento.

Pagamos e iniciamos el viaje. De nuevo el CD del Chipirón, me empezaba a impacientar. En medio de las montañas vi el rótulo de un Carrefour, no puedo explicar la sensación de salvación que sentí. Le pedí a Pablo que se detuviera. Propuse comprar un aparato de esos que se conectan con la radio y el ipod. Todos estuvimos de acuerdo. Al fin cambiamos de música.

La meta del día de hoy era llegar a Fisterra, pero antes de llegar pasamos por varios lugares, en realidad, cuando pienso en la cantidad de destinos y actividades que hicimos no entiendo cómo llegamos a tiempo para el atardecer. Una de las cosas que más aprecio desde que estoy en España es que los días son laaargos. Eso de que el sol esté por más de doce horas me encanta, es como tener tres días en uno solo, y bueno, en el verano esto es todavía mejor, así que cada día en Galicia se multiplica por dos o tres o cuatro.

Lo primero que hicimos fue ir a la playa. Esta era una playa cerca de Lira, playa de Carnota. De nuevo el oceáno Atlántico frente a mí. Eran poco menos de las dos de la tarde, hacía mucho calor, el sol invitaba a darse un chapuzón. Pero pensaba en mi intento fallido del día anterior en el Castro de Baroña, el agua ayer estaba helada. Ahora estábamos más al norte, estaba segura de que tenía que ser peor.

Pero el calor me hizo dudar de mi decisión de quedarme sin nadar y sin pensarlo mucho en cuanto me entró la duda me fui directo al agua. Recorrí casi cien metros de arena blanca, la playa era enorme, y sin pausa me sumergí en la primera ola. Aaaaaaaaah!!!!!! qué ricoooooo!!!! Pero qué frío al mismo tiempo. Hacía tanto calor y tanto frío. Nadé un buen rato, hasta que un pez muy grande se me atravesó en una ola, hubiera jurado que era un tiburón...Ante la duda, mejor salí.

Continuamos nuestro camino en busca de pulpo, ya teníamos hambre. Paramos en un sitio que nos recomendaron en el camino: A Revolta. El dueño era un señor un poco malhumorado, o eso parecía. Primero se mostró muy enfadado porque llegamos cuando la cocina ya estaba cerrada, pero pronto nos ofreció algunas cosas que eran fáciles de cocinar o que ya estaban listas. Entre ellas, la merluza. Yo no quería porque hasta ahora pensaba que no me gustaba. Pero no había otra cosa, así que lo intenté y: amo la merluza!!! Qué delicia de pescado, yo creo que todos los pescados y mariscos de Galicia son deliciosos, hasta los que no me gustan me terminan gustando.

Al final el señor malhumorado que nos atendía tuvo algunos momentos de simpatía con nosotros. Me recordó a la señora de Pobre do Caramiñal que al principio parecía malhumorada y al final terminó comprándole el postre al Rafa. Quizás es que la gente aquí es un poco bipolar o ciclotímica.

Continuamos el camino y nos detuvimos a ver el horreo de Carnota, los horreos son unas edificaciones que servían para almacenar alimentos y alejarlos de la humedad y los animales. Este es uno de los más grandes que existen. También pasamos por la Cascada de Ézaro, subimos al mirador con el mismo nombre desde donde se veía nuestro destino final del día: Fisterra.

Mientras íbamos en el coche me di cuenta de que Pablo dice diay y mae. Me hace gracia esta mezcla cultural que tenemos en el coche. ¿Qué hacen un gallego, un sevillano y una tica (costarricense) de road trip por Galicia? (comer pulpo). Además, yo aprovecho para aprender algunas palabras en gallego: luar, que es la luz de la luna, me encanta esa palabra, no existe en castellano una palabra que la traduzca. Xeo es hielo y xear es esa capita de hielo que tienen las plantas en las mañanas frías.

Cerca de las 8 de la tarde llegamos al fin del mundo: Finisterre en gallego o Fisterra como se conoce oficialmente. Tuve que enviar un mensaje de whatsapp al grupo que tengo con mi familia en Costa Rica con una foto de uno de los atardeceres más impresionantes que he visto. Habían por lo menos cien personas agrupadas en las rocas de la punta de España que alguna vez fue imaginada como el final de la Tierra, admirando el sol ocultarse en la famosa costa de la muerte.

Hacía mucho frío pero teníamos sangría, así que nos plantamos a admirar el mar, el sol y las nubes que se aglomeraban hacia la línea del horizonte difuminando el límite. No es difícil imaginar cómo hace años se creía que había dragones merodeando el fin del mundo conocido hasta ese día.

Finisterre: el fin del mundo.


Día 5, cambiando de opinión y dirección, busquemos unas fiestas de pueblo:

Ayer conseguimos habitación en un hotel rural cerca de Fisterra. Este hotel a diferencia del de la noche anterior estaba bastante bien, aunque un poco barroco para mi gusto en algunos detalles, la ducha parecía un cápsula de viaje en el tiempo, tenía un radio en su interior. Pero no me quejo, la cama estaba deliciosa.

Anoche fuimos a cenar pulpo una vez más, entre otras cosas. Yo me tomé una sopita de mariscos, ya no podía comer más. De nuevo nos topamos con un dueño de restaurante de humor poco descifrable. Es como que intentan ser amargados pero se les sale una cuota de simpatía por ratos. Ya con este es el tercero con esa actitud, empiezo a notar un cierto patrón.

La mañana de hoy la pasamos haciendo gestiones sobre nuestros transportes para después del viaje por Galicia. Rafa tenía que reservar el bus para su siguiente destino, yo había sido tentada y convencida por Pablo para quedarme más días por Galicia y una posible visita a Portugal, así que retrasé mi tren de regreso a Barcelona. Una vez cumplidas las necesidades logísticas nos fuimos rumbo a Betanzos.

Una vez en Betanzos vimos que habían fiestas, pero estas aun no eran las oficiales.  No estábamos muy convencidos de nuestra estancia ahí. Comimos delicioso una vez más, pulpo incluido en el menú. Yo comí bacalao, que pensaba que tampoco me gustaba.  Creo que de ahora en adelante cualquier pescado de Galicia me lo voy a comer, ya no vuelvo a decir que no me gusta.

Caminamos por el pueblo en busca de un hotel. Aun había sol y creo que eso no estaba ayudando a la tradición de encontrar dónde dormir sin sol y cerca de la medianoche. Nos sentamos en un parque para mirar opciones por Internet hasta que todos expusimos nuestros deseos para esa noche, y concordábamos, lo mejor sería encontrar unas fiestas de pueblo. Así que manos a la obra, google donde hay hoy fiestas de pueblo en Galicia, y google dijo: en Cedeira. Eso estaba a casi 80 kilómetros y aunque eran las 8 de la noche, emprendimos el viaje.


Y aquí estamos, en un hostal justo en la Plaza Mayor de Cedeira, la música se mete por el balcón y pronto la Orquesta Israel arranca el espectáculo. Todo el mundo anda disfrazado, la gente no cabe en la Plaza. A mí me duele el estómago, parece que el pulpo en grandes cantidades es difícil de digerir. Mientras averiguaba eso en el Internet, también descubrí que es un alimento bajísimo en grasa y con unos beneficios maravillosos para la salud. Espero que se equilibren sus propiedades y se me pase pronto este malestar que quiero ir a la fiesta. Los chicos están en su momento Atriviáte.

Betanzos.



Más fotos:

Lira.

Lira.

Puestos al camino de nuevo.

Cerca de Playa Carnota.

Playa Carnota.

Playa Carnota.

Cementerio al lado del Horreo de Carnota.


Horreo de Carnota.

Horreo de Carnota.

Saliendo de Playa Carnota  y camino a Finisterre. 
Saliendo de Playa Carnota  y camino a Finisterre.  
Cascadas de Ézaro.

Cascadas de Ézaro.

Cascadas de Ézaro.

Recuerdo de Cascadas de Ézaro.

Mirador de Ézaro.

Mirador de Ézaro.

Desde el mirador de Ézaro.
Desde el mirador de Ézaro.
Desde el mirador de Ézaro.
Mirador de Ézaro.

Finisterre.

Finisterre: foto expuesta en el centro de acogida. 
Finisterre: el fin del mundo. 
Finisterre: el fin del mundo. 

Finisterre: el fin del mundo. 


Finisterre: el fin del mundo. 

Finisterre: el fin del mundo. 

Finisterre: el fin del mundo. 



Betanzos.


Cedeira: Fiestas!

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