En el aeropuerto de
Chennai me encontré con Sebastián. Nos conocimos brevemente en
Barcelona luego de habernos contactado a través de un
foro de Lonely Planet y un anuncio en la librería Altaïr.
Habíamos acordado acompañarnos en el viaje por la región de Tamil
Nadu, al sureste de India.
Teníamos como meta cerca
de diez destinos en esta región, lo cual era bastante ambicioso,
especialmente cuando yo había hecho la mitad de lugares en las tres
semanas anteriores. Sin embargo, confiábamos en que la compañía y
el trabajo en equipo harían el viaje menos pesado y facilitaría
movernos durante los siguientes veinte días. De Chennai teníamos
pocas expectativas y por lo tanto le dedicamos pocas horas.
Estaríamos la tarde del primer día y al día siguiente después de
comer saldríamos a Mamallapuram.
Chennai es la capital de
Tamil Nadu y una de las ciudades más grandes de India, tiene casi 8
millones de habitantes. Al principio intentamos caminar y ubicarnos
solos, pero finalmente la falta de cuadrantes y el tamaño y desorden
de la ciudad, nos obligó a subirnos a un tuc tuc que nos llevó a
comer, deliciosamente, como ya es costumbre en India, y luego otro
tuc tuc nos llevó a la famosa Marina Beach.
Para cuando llegamos a
Marina Beach ya era de noche. No sabíamos muy bien que esperar.
Pero pronto un camino nos llevó hacia la playa y empezamos a
descubrir un pasillo sobre la arena dibujado por chinamos con ventas
de todo tipo de tiliches, chai y pescado. El pescado parecía
fresco y lo cocinaban al instante enfrente de los ojos del comensal.
Pronto llegamos al frente
del mar en donde decenas de indios se conglomeraban a observar el
golpe de las olas en la orilla, o quizás a escucharlo. Unos
caballos pasaron a nuestro lado, nos ofrecieron un paseo por una
módica suma, 'no thank you'.
Durante el regreso a la
calle nos encontramos con los 'videntes' o 'adivinadores'. Están
sentados con velas a su alrededor, listos para leer el futuro a quien
se los solicite. Aunque era tentador preguntar, preferí concentrarme en el presente, como lo he venido haciendo en este viaje. Finalmente llegamos a la calle, en donde tocó
negociar con los chóferes de tuc tuc el mejor precio para regresar
al hotel.
Al día siguiente
visitamos el Fort Museum y el Fort George. Personalmente disfruté
más la caminata que el lugar en sí. Luego subimos a un Faro que
reabrieron hace poco. Desde arriba, compartimos con otros
visitantes, en su mayoría indios, la vista de Chennai. Desde allí
descubrimos los contrastes de esta ciudad tan grande.
Fuimos a almorzar a
Saravana Bhavan, recomendación de Sebastián por su experiencia en
días anteriores en Nueva Dehli. Delicioso! Comí mi nuevo postre
favorito: una falooda.
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Los bananos rojos. |
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Chinamos en Marina Beach. Se prepara el pescado al instante. |
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Fried bananas. |
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Arte urbano en la ciudad de Chennai. |
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Caminando por Chennai. |
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Entrada al metro. |
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Caminando por Chennai. |
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Caminata por Chennai. |
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Los niños siempre quieren fotos. |
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El elefante que se funde con la vaca. |
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Vista de Chennai desde el Faro. |
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Vista de Chennai desde el Faro. |
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Vista de Marina Beach desde el Faro. |
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Vista de la playa desde el Faro. |
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Con Sebastián en el Faro. |
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Nuestra compañía en el Faro. |
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Mi reflejo. |
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Gandhi. |
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Falooda. |
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