Viví un mes en Mysore para completar
mi entrenamiento de yoga, pero estaba en Gokulam un barrio cuyos
habitantes deben ser de clase media a alta. Es un barrio tranquilo y
cada vez que íbamos a la ciudad era evidente el contraste entre los
dos espacios. Poco antes de irme decidí hacer una exploración
cámara en mano, pues antes me había decidido por la vivencia, así
que ahora que le tenía confianza me subí al bus y me fui un día
entero de visita.
Mysore es una buena base para visitar
Halebid, Beluru, Shravanabelagola, Bandipur, los lugares de los que
he hablado en mis entradas anteriores. Además es una ciudad muy
tranquila comparada a lo que cuentan de las otras ciudades de India,
por dicha yo aterricé aquí y desde el principio me he sentido como
en casa.
Este lugar se destaca por ser un poco
más “ordenado” y por haber sido la tierra de importantes
acontecimientos como ser la primera ciudad en Asia en tener
electricidad, pero además es aquí en donde por mucho tiempo estuvo
establecida la residencia de la dinastía Wodeyar quienes reinaron
durante setecientos años en Mysore.
Imponente legado de este reinado es el
Palacio de Mysore, un edificio que muestra la gran opulencia de la
familia real. En este momento pertenece al gobierno y es un museo,
pero hay disputas con la familia real si se debe devolver a ellos,
sin embargo, si eso pasa, la familia dice que lo tendrían que
convertir en hotel para poder darle mantenimiento. La familia real
sigue existiendo pero su figura es simbólica.
Dentro del Palacio es prohibido tomar
fotografías, así que las imágenes del interior las quedo debiendo.
Pero pasear por esos pasillos lo llevan a uno por diferentes
momentos de la historia de la arquitectura, pues contiene detalles
góticos, musulmanes, hindúes. A esto se le llama arquitectura
indo-sarracénica. El palacio es relativamente nuevo, lo terminaron
de construir en 1912, pues el original era de madera y se quemó a
finales del 1800. Esta nueva construcción está hecha de granito,
mármol y piedras de la zona. La madera se evitó al máximo por el
temor a otro posible incendio.
A la salida del Palacio la siguiente
visita que propone Mysore es el mercado Devaraja Market. Este
mercado es el mercado de los colores. Las flores y los tintes en
polvo son la principal atracción para la vista, a eso hay que
sumarle la intensidad de los colores de la ropa de quienes lo
habitan. Mientras revisaba las fotos pensé que se habían saturado,
pero no, así se ve este espacio.
Entrar aquí con una cámara o con cara
y color de turista es como ponerse miel y caminar sobre un
hormiguero. Pero merece la pena. Aun así me pasó que cuando
aclaraba que no iba a comprar me decían: ah ,you are indian! Así
que se corrió el rumor en el mercado de que era de India y parece
ser que mi color de piel logró engañar a algunos.
“Can I see the picture?”, me dice
un chico de unos 25 años luego de que tomé una foto en donde él
estaba. Inmediatamente regresé al archivo pero su imagen no estaba
(es de buena cortesía enseñar las fotos que uno toma, la gente
agradece mucho verse retratado y es una manera de ser amigable y
respetuoso con quienes nos regalan esas hermosas imágenes), entonces
son una gran sonrisa me dice, “please take my picture and put in
the Internet”. Yo acepté y me llevó a su puesto de venta.
Un poco temerosa entré, en India a
veces cuesta confiar, uno no sabe qué le van a vender o qué
historia le van a contar. Pero Syed me contó una de las más lindas
historias. Me explicó cómo se hace el incienso, uno de los
detalles por los que destaca Mysore, sus olores a incienso y
esencias. Hacer incienso y esencias es tradición familiar, me
mostró las fotos en las que su abuelo recibió un premio en Mysore
por su trabajo.
Frente a mi cámara hizo dos inciensos
de café y luego me enseñó su esencia de sandía, que según me
explicó es la fórmula que usa kenzo. Inmediatamente me entregó la
de kerala. “Special for your boyfriend...Do you have a
boyfriend?”. Pregunta típica de los hombres en este país, casi
siempre ocurre un segundo después del primer 'hello'. Syed fue un
poco más paciente, esperó unos 10 minutos. “Yes” (respuesta
recomendable en estos momentos), le dije. “Too, bad, I wanted a
spanish girlfriend, take a chai with me please”. Y en eso me soltó
unas cuantas frases en español y otras en catalán. Con esos dos
idiomas, los inciensos, las esencias y esos ojos fue difícil
resistir a la conquista.
Entonces me dio la botellita de esencia
de kerala y dijo: “Your boyfriend will enjoy this, bring him next
time”. “I will”, contesté con una sonrisa. Me empacó unos
inciensos de regalo, yo insistí en pagar mis dos esencias, la de
sandía y la de kerala para el novio, Syed no quería recibir el
dinero, pero finalmente aceptó. A cambio le dije que pronto subiría
sus fotos al Internet y recomendaría a todos visitarlo.
Así que, si pasan por Mysore, vayan al
Devaraja Market y visiten a Syed, tendrán una linda experiencia. De
la entrada principal del mercado son como unos 20 puestos y está a
la derecha. No se perderán, esa sonrisa estará ahí esperando una
firma más en la colección que archiva de sus visitantes de todo el
mundo. Allí encontrarán una firma de Costa Rica.
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La entrada del Palacio. |
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Adentro de las instalaciones del Palacio. |
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Al fondo un templo que está dentro de las inmediaciones del Palacio. |
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Desde adentro hacia afuera. |
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Visitantes. |
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Al frente del Palacio. La garuda (águila), símbolo de la familia real. |
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Frente al palacio. |
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Los techos vistos desde fuera. |
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El palacio. |
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Autorretrato con el palacio al fondo. |
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El palacio. |
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El palacio. |
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Publicidad en Mysore. |
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Publicidad en la parada de autobús. |
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Frente al Mercado Devaraja. |
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Peinado típico en las mujeres. |
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Los tintes. |
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Syed preparando incienso. |
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Syed. |
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Syed y los inciensos. |
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El abuelo de Syed recibiendo el premio. |
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Cuaderno de saludos de los visitantes a la tienda de Syed. |
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Menú de esencias. |
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Sirviendo esencias. |
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Con Syed y su amigo. |
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En medio de las esencias. |
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El equipo que hace la magia de los olores. |
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Estos colores. |
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Flores en el mercado. |
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En el mercado. |
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Afilando cuchillos. |
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Añadir leyenda |
la mayoría tiene unos ojazos como para morir...
ResponderEliminarvaya colorido, qué belleza todo!!!
Unos ojos hermosos en estas tierras!
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